Sandro fumaba como chimenea y eso le produjo su fatal enfermedad

Sandro fumando durante una entrevista en televisión en los años 1970s.

Sandro de América murió el 4 de enero de 2010 a sus 64 años de edad en Guaymallén, Mendoza, Argentina, por un shock séptico causado por Sepsis. Esta ocurre cuando las sustancias químicas liberadas en la sangre para combatir una infección provocan una inflamación de todo el cuerpo.

Sandro sufría de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica desde varios años antes de su muerte. Los últimos recitales que realizó, los hizo con ayuda de oxígeno. Lo paradójico de esta historia es que el artista en su juventud cuando fumaba como chimenea, hacía chistes porque no tenía ni idea cuántos cigarrillos se fumaba al día, hábito que le generó sus graves problemas respiratorios.

En una entrevista en la emisora Radio Junín de Medellín, Colombia, en 1978, le preguntaron cuántos cigarrillos al día se fumaba. A lo que respondió «No los cuento… Yo sé cuando se acaban, no cuántos son». En ese entonces nadie le dijo o, quizás sí pero no prestó atención, que fumar en exceso puede provocar enfermedades pulmonares como la que, efectivamente, Él padeció años después. Fumar cigarrillos es el principal factor de riesgo para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Sandro de América durante uno de sus últimos recitales. Debía tener un tanque de oxígeno al lado para auxiliarse.

La situación de salud en los últimos años de vida de Roberto Sánchez Ocampo (nombre de pila de Sandro) no sólo lo obligó a usar ayudar respiratoria durante sus presentaciones, sino que lo privó a Él y a su público, de hacer giras internacionales, pues tenía impedimento para viajar en avión.

El propio artista, ya enfermo, se recriminó por haber fumado tanto. Recordó que se podía fumar unos 80 cigarrillos por día en una época. Reconoció que esa adicción al cigarrillo fue la que le produjo su problema pulmonar, lo que derivó en el grave deterioro de su salud (y su desenlace fatal). Sandro murió esperando un trasplante de corazón y pulmones. «Estoy a la espera que aparezcan esos órganos que sean compatibles para mí. Esperemos por ahí Dios se acuerda, porque yo no le pido nada… porque yo soy el culpable de las condiciones en que estoy, yo me lo merezco, yo me lo busqué… yo agarré esa maldito cigarrillo», reconocía Sandro en su lecho de enfermo.

El cantante también recordó que tuvo la «bienvenida desgracia» que el cigarrillo no le afectaba la voz. «Entonces como no me afectaba, yo seguía para adelante absolutamente convencido de que ¿el cigarrillo qué me va a hacer?», afirmó en una de sus últimas entrevistas telefónicas a la TV de su país. «Mira cómo estoy ahora. Trato durante todo el día de olvidarme de cómo estoy. Lo único que me lo recuerda son los tanques de oxígeno… soy directamente un discapacitado», añadió. «Mi vida es mi cama. Y acá mi puesto en el comedor, el diario, y de ahí no me muevo», puntualizó conmovido unas semanas antes de su partida.

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